martes, 12 de mayo de 2009

Kubrick: 2001, una odisea del espacio « Aula de Filosofía de Eugenio Sánchez Bravo

El pensamiento de Nietzsche está abierto a múltiples interpretaciones. Una película que puede ayudarte a realizar una lectura personal de sus ideas es, además de El ángel exterminador de Buñuel y 2001, una odisea del espacio de Kubrick, Apocalypse now de Francis Ford Coppola. Es probable que su nombre te resulte familiar pues es también el director de las tres partes de El padrino. Apocalypse now ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1979.

Kubrick: 2001, una odisea del espacio « Aula de Filosofía de Eugenio Sánchez Bravo

Coppola: Apocalypse now « Aula de Filosofía de Eugenio Sánchez Bravo

Entre las películas que recomiendo para profundizar en el tema de Nietzsche se hallan El ángel exterminador (1962) de Luis Buñuel, Apocalypse now (1979) de Francis Ford Coppola y la obra maestra de Stanley Kubrick, 2001, una odisea del espacio (1968)

Coppola: Apocalypse now « Aula de Filosofía de Eugenio Sánchez Bravo

miércoles, 29 de abril de 2009

Nietzsche: Actividades

Realiza las actividades siguientes y publícalas en el blog.

1. Contesta a las siguientes preguntas, a partir de la lectura del texto introductorio de la página 248 del libro de texto (Miguel Marín y otros: Historia de la Filosofía, edt. Santillana):
- Desde tu punto de vista, ¿qué tipo de realidad tienen los valores y cuál es su función en relación con el conocimiento del mundo? ¿Los descubrimos, los aprendemos, los inventamos? ¿Nos ayudan a conocer la realidad, nos protegen de ella, la enmascaran? ¿Qué piensa Nietzsche?
- ¿Cuál es la función del lenguaje con relación al mundo simbólico de los valores? ¿Expresar, organizar, ordenar, falsear los valores? ¿Qué piensa Nietzsche?
- ¿Pueden fundamentarse los valores, aquello por lo que algo vale, en otra cosa que en la voluntad? Por ejemplo, ¿en Dios, en la razón? ¿Qué cree Nietzsche?

2. Lee el fragmento del libro de Nietzsche, ASÍ HABLÓ ZARATHUSTRA , que aparece en la página 261 del libro de texto. Contesta las preguntas 1 y 2.

3. Comenta las relaciones entre la Obertura del poema sinfónico de Richard Strauss, Así habló Zaratustra, y el prólogo de la obra de Nietzsche del mismo título, que encontrarás más abajo.

Richard Strauss compuso el poema sinfónico Así habló Zarathustra en 1896, inspirado en la obra de Nietzsche del mismo título.
Aunque Strauss no quiere hacer una falsa transcripción literario-musical, sino un auténtico poema musical, plasma la fuerza pulsional, el amor desbordado por la vida , la afirmación de lo humano, el gusto por la belleza y la heroicidad que recorren la prosa de Nietzsche. El propio Strauss precisó: "No he querido escribir música filosófica ni traducir musicalmente la obra de Nietzsche; sólo me he propuesto hacer un cuadro del desarrollo de la raza humana desde sus orígenes [...] hasta llegar a la concepción nietzscheana del superhombre [...]. La música ha soñado durante mucho tiempo; ahora queremos despertarnos. Éramos sonámbulos; queremos convertirnos en soñadores despiertos y conscientes".

Obertura del Poema Sinfónico “Así Habló Zarathustra” de Richard Strauss


Prólogo de Así habló Zarathustra de F. Nietzsche:

Al cumplir los treinta años Zarathustra abandonó su patria y los lagos de su patria, y se retiró a la montaña. Alli podía gozar de su espíritu y su soledad, y asi vivió durante diez años, sin fatigarse. No obstante, al fin su corazón experimentó un cambio.

PARÁBOLA SOLAR

Cierta mañana en que se levantó con la aurora naciente, se encaró con el Sol y le dijo:
¡Oh, Tú, Gran Astro, Si te faltasen aquellos a quienes iluminas, ¿qué seria de tu felicidad? Durante diez años, día tras dia, has comparecido ante la boca de mi cueva: de seguro que ya te habrías cansado, tanto de tu luz como de tu girar eterno, a no ser por mi, por mi águila y mi serpiente. Pero nosotros te aguardábamos todas las mañanas, recibíamos de ti lo que te sobraba, y te bendecíamos con agradecimìento.
Pues bien: ya estoy hastiado de mi sabiduria, como lo están las abejas que han acumulado un exceso de miel. Yo necesito manos que se tiendan hacia mi.
Yo desearía otorgar y repartir mercedes, hasta que los sabios entre los hombres volvieran a gozar de su locura, y los pobres a gozar nuevamente de su riqueza.
Para ello debo hundirme en mi ocaso, al igual que lo haces tú cuando cae el día. ¡Oh Astro, pletórico de riqueza! Cuando te ocultas tras los mares llevas la claridad y la luz a los mismísimos infiernos. ¡Bendíceme, pues, Apacible Ojo, ya que puede contemplar sin envidia cualquier dicha, por grande que sea!
Bendice también la copa que intenta desbordarse. ¡Ojalá fluya de ella el agua de oro, esparza por doquier, aroma delicioso y los reflejos de tu alegría!
Mira: esa copa quiere vaciarse, y Zarathustra quiere volver a ser hombre.
Y así comenzó el descenso de Zarathustra.
(Fragmento del inicio de la Primera Parte; Prólogo de Zarathustra).

En el Prólogo, Nietzsche nos cuenta que, a los treinta años, Zaratustra, se retira a la soledad de la montaña, donde le acompañan sus dos animales heráldicos: el águila, símbolo del orgullo, y la serpiente, símbolo de la inteligencia. Allí aprende su sabiduría, y un día decide bajar a predicársela a los hombres. En el descenso hacia ellos tropieza con un eremita «que no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto». Al llegar a la ciudad encuentra al pueblo reunido en el mercado y «comete la gran tontería de todos los eremitas»: hablar al pueblo, es decir, hablar a todos y no hablar a nadie. Sus discursos son, pues, para todos y para nadie. El fracaso es total, y el pueblo se burla de él. Sin embargo, Zaratustra les ha enseñado la doctrina del superhombre, mostrándoles además la imagen del último hombre. Tras enterrar a un volatinero qué había caído a tierra mientras divertía al pueblo («tú has hecho del peligro tu profesión, en ello no hay nada despreciable. Ahora pereces a causa de tu profesión: por ello voy a enterrarte con mis propias manos»), Zaratustra descubre una
nueva verdad: no se debe hablar al pueblo. Desde ahora «cantaré, dice, mi canción para los eremitas solitarios o en pareja; y a quien todavía tenga oídos para oír cosas inauditas voy a abrumarle el corazón con mi felicidad». Zaratustra se retira otra vez a la montaña, y así acaba «el Prólogo de Zaratustra».

4. Elabora una síntesis de la filosofía de Nietzsche a partir del cuadro conceptual de la página 262 del libro de texto.

viernes, 24 de abril de 2009

Nietzsche

F Nietzsche F Nietzsche Marga Presentación para 2º de Bachillerato sobre F. Nietzsche.

El individualismo nietzscheano

http://cierzo.blogia.com/2005/030901-el-individualismo.php

El individualismo
Hume abrió la puerta: “Existe un feroz dragón llamado tú debes, pero contra él arroja el superhombre la palabras yo quiero”, y Nietzsche entró a saco. Si el cumplimiento del deber no ha hecho al hombre más feliz, apostemos por la autonomía total. Si como hombres se nos niega la felicidad, tal vez como superhombres podamos lograrla. Y seremos superhombres si nos atrevemos a despojarnos de la máscara racional del deber, esa artimaña del débil para dominar al fuerte.

“Durante demasiado tiempo, el hombre ha contemplado con malos ojos sus inclinaciones naturales, de modo que han acabado por asociarse con la mala conciencia. Habría que intentar lo contrario, es decir, asociar con la mala conciencia todo lo que se oponga a los instintos, a nuestra animalidad natural. ¿Pero quién es lo bastante fuerte para ello? Algún día, sin embargo, en una época más fuerte que este presente corrompido, vendrá un hombre redentor, que nos liberará de los ideales y será vencedor de Dios y de la nada”.

Nietzsche predica la inversión de los valores, y para conseguirlo sabe que es preciso arrancarlos de su raíz. De aquí nace su necesidad de decretar la muerte de Dios. La muerte de Dios es necesaria para el advenimiento del superhombre, y es el más grande de los hechos. “Ahora es cuando la montaña del acontecer humano se agita con dolores de parto. ¡Dios ha muerto: Viva el superhombre!” Este acontecimiento divide la historia de la humanidad, produce un antes y un después, es un suceso cósmico del que son responsables los hombres y que les libera de las cadenas de lo sobrenatural que ellos mismos habían creado. La muerte de Dios es la muerte del deber y la victoria de la autonomía absoluta. Sin Dios no hay referencia moral, y todo puede ser disuelto por la duda.

“Hasta hoy no se ha experimenta la más mínima duda o vacilación al establecer que lo bueno tiene un valor superior a lo malo. ¿Y si fuese al contrario?” Nietzsche reflexiona sobre los mecanismos psicológicos que alientan el origen de los valores. Parte de la convicción de que la moral es una construcción ideológica para dominar a los demás y concluye que es un invento de los débiles para sojuzgar a los fuertes; más aún, es una venganza intelectual de los judíos contra sus enemigos.

Un nuevo deber nos llama a la autoafirmación biológica, a la victoria de los señores sobre los esclavos. Nietzsche sueña con una aristocracia de la violencia y se opone al ideal de igualdad buscado por el socialismo y la democracia: “El hombre gregario pretende ser hoy en Europa el único hombre autorizado y glorifica sus propias cualidades de ser útil, conciliador y útil al rebaño”. El influjo de Nietzsche en el nazismo es un hecho demostrado. Nietzsche no fue ni nazi ni antisemita, pero la violencia de su lenguaje y la impresión de su ideal dieron todas las facilidades para su manipulación. Luego, vistas las consecuencias, no es suficiente decir que él no pensaba así y que habría vomitado ante los atropellos de Hitler. Tampoco vale decir que se ha producido una tergiversación de su pensamiento, pues cabe preguntarse cómo y por qué fue posible lo que tan ingenuamente se denomina tergiversación.

Hoy la Psicología del superhombre ha triunfado, desde la Revolución Francesa, los ácidos del individualismo han corroído nuestras estructuras morales, y Nietzsche goza ahora de una vigencia que no tuvo en vida, aunque el vacío dejado por el deber moral ha mostrado serias deficiencias estructurales. El individualismo sin ley ha multiplicado la exclusión profesional y social que provoca la aparición de guetos donde se multiplican las familias sin padre, los analfabetos, los desarraigados, la violencia. En su obra “El crepúsculo del deber”, Guilles Lipovetsky advierte que “no hay en absoluto tarea más crucial que hacer retroceder el individualismo irresponsable”. La autonomía moral, llevada a sus últimas consecuencias, se paga con lacras sociales y desequilibrio existencial.

Nietzsche llevó a cabo una gigantesca demolición cultural en la que no dejó títere con cabeza. Su objetivo principal fue la religión cristiana, pero tampoco se libraron la Grecia clásica, el positivismo, el evolucionismo, la democracia, el estado moderno y la música de Wagner. En esos años de final del siglo XIX, la libertad moral parecía un logro, una magnífica conquista; no se reparó en que la naturaleza social del hombre hace de la libertad un concepto limitado y relativo, que se fundamenta en la justicia, se define en la Ley y exige responsabilidad. Por esto, la autonomía absoluta es inviable dentro de una sociedad, es una condición que hay que proteger, aunque sin poner en ella todo el peso de la moral, pues se acentuaría la indefinición y nos llevaría muy lejos, adonde nunca debemos llegar.

martes, 14 de abril de 2009

TeleUNED: Nietzsche

TeleUNED

Programas de radio y televisión de la UNED.
En la cabecera de la página, pulsa en "búsqueda avanzada". En la página siguiente, en "Tema", buscar filosofía , y en "Contenido", introducir Nietzsche.
Aparecerá un listado de programas de radio y televisión dedicados a Nietzsche.

Nietzsche en el Diccionario de filosofía contemporánea / 1976

Nietzsche en el Diccionario de filosofía contemporánea / 1976

Carlos Enrique MARX

Carlos Enrique Marx - Enciclopedia Symploké

(1818-1883). Filósofo alemán autor de la concepción materialista de la Historia. Inspirado en Jorge Guillermo Federico Hegel, señala una evolución histórica, pero no inspirada en las ideas, sino en la forma en que los hombres organizan su vida social y la Economía Política: las relaciones sociales, especialmente las económicas, caracterizadas por los distintos modos de producción, serían la base de una superestructura jurídica, política, etc., que se considera dependiente de aquélla.

Para Marx, la esencia del hombre es el trabajo, pues en la praxis y no en las ideas es donde se manifiesta tal cual es. De este modo, Marx analiza la sociedad capitalista de su tiempo como un modo de producción en el que no sólo se venden las mercancías elaboradas, sino que la propia mano de obra, los obreros, se venden a sí mismos como una mercancía más, lo que provoca que vivan en una situación de alienación. Asimismo, Marx enunció la famosa teoría del valor/trabajo, en la que se defiende que el valor de las mercancías en el mercado viene determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para la elaboración de dichos productos. De carácter polémico, esta afirmación ha resultado problemática pero no falsa en su totalidad: el valor relativo de las mercancías depende de las horas de jornada laboral para su elaboración, de tal modo que una nueva tecnología que consiga producir más en menos tiempo provocará a su vez una bajada de los precios de esa mercancía e influirá en la oferta disponible en el mercado.

Las doctrinas de Marx han tenido una enorme influencia en prácticamente todas las disciplinas del saber y en la Historia del siglo XX, y aun sometidas a olvido, muchas de sus doctrinas, como la teoría del valor/trabajo, se muestran superiores a sus rivales, caso de la doctrina de la Utilidad Marginal de la Escuela Austriaca de Economía.

Luis FEUERBACH

Luis Feuerbach - Enciclopedia Symploké

Luis Feuerbach (1804-1872). Filósofo alemán. Acudió en 1824 a Berlín para escuchar a Hegel, a quien criticó en su obra Crítica de la filosofía hegeliana (1839). En 1841 publicó su obra principal, La esencia del cristianismo, ocupándose de la filosofía de la religión.

Feuerbach contrapone al idealismo de Hegel un empirismo en el que el hombre conoce sobre todo a través de los sentidos. El pensamiento tiene por función interpretar el sentido de esta pluralidad de elementos. El hombre, en tanto que ser dependiente de la naturaleza, no necesita de la existencia de Dios, pues el ser perfecto no podría coexistir con otro imperfecto. Sin embargo, en la conciencia del hombre aparece la idea de lo infinito o ilimitado, de tal modo que Dios no es más que el resultado de proyectar determinadas concepciones antropomórficas y darles un carácter infinito. «Los hombres hicieron a los dioses a su imagen y semejanza», señala Feuerbach, a partir de la famosa frase atribuida a Moisés, para explicar su doctrina sobre el origen de la religión.

Jorge Guillermo Federico HEGEL

Jorge Guillermo Federico Hegel - Enciclopedia Symploké

Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831). Filósofo alemán nacido en Stuttgart. Estudió Filosofía y Teología en Tubinga, teniendo por compañeros a Federico Guillermo José Schelling y al poeta Hölderlin. Se dedicó a la enseñanza privada varios años, y fue docente privado en Jena en 1791 y rector del gimnasio de Nuremberg en 1809, pasando a la Universidad de Heidelberg en 1816 y a la de Berlín en 1818, en el cenit de su carrera.

La filosofía de Hegel se plantea como superación del escepticismo de Kant y el rebrote de la Metafísica como ciencia, que la Crítica de la Razón Pura había desautorizado. Su sistema es, en rigor, parte del racionalismo: «Todo lo racional es real, y todo lo real es racional». Desde ese punto de vista, la Ontología de Hegel parte de una realidad fundamental: la Idea, en tanto que razón infinita, que se aliena en la Naturaleza y que necesita realizarse como Espíritu en el hombre, primero en forma de Espíritu Subjetivo (como Alma), como Espíritu Objetivo (el Estado) y como Espíritu absoluto (Dios como culminación del hombre).

Sus obras más importantes son: Fenomenología del Espíritu (1807), Ciencia de la Lógica (2 vols. 1812, 1816), Enciclopedia de las ciencias filosóficas (1817) y Fundamentos de la Filosofía del Derecho (1821). Hegel ha tenido gran influencia en la Filosofía Contemporánea, especialmente en Carlos Marx y sus epígonos. Sus obras están escritas en lengua alemana.

sábado, 28 de marzo de 2009

F. NIETZSCHE: CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO

CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO

1. Contexto histórico-cultural

A. Las transformaciones sociales

*Burgueses y obreros
La fracasada revolución francesa había provocado la reacción de la nobleza y de las monarquías europeas y un resurgir del antiguo régimen, pero el impulso de la revolución industrial y los profundos cambios sociales que desarrolló dieron lugar a nuevas acciones revolucionarias.
La burguesía dominaba las esferas política, económica y cultural del mundo occidental. Sin embargo, la unidad de la burguesía se rompió: si la alta burguesía -grandes comerciantes, industriales y banqueros- quería conservar el status alcanzado, para lo cual se ponía del lado de la monarquía y el sufragio censitario (solo tenían derecho de voto los ciudadanos varones con dinero y cultura que pagaban una tasa), la pequeña burguesía -artesanos y pequeños comerciantes- era partidaria de la república y el sufragio universal (la única limitación del derecho de voto es la mayoría de edad y la ciudadanía), pretendía ampliar las reformas hacia una mayor igualdad social.
El número de trabajadores industriales había aumentado y con él también lo hicieron la resistencia al orden social impuesto por la burguesía y las reclamaciones para obtener mejoras laborales y mayores derechos políticos. La burguesía, impulsora antes de las reformas políticas y sociales, se dispone a defenderse de la clase obrera, sacrificando la libertad y la igualdad para salvaguardar la seguridad y la propiedad.
La historia europea del siglo XIX se despliega así como un juego de alianzas y enfrentamientos entre burgueses y obreros , que se unen contra la monarquía para desbancarla del poder e impulsar una liberación económica, pero que se enfrentan cuando artesanos y obreros exigen reformas democráticas que garanticen una mayor igualdad política y económica.

* El final del antiguo régimen
Los principios nacionalistas, liberales y socialistas confluyeron en la revolución de 1848, y, aunque ésta fracasó, ya habían enraizado en una sociedad europea que asistía a los momentos finales del antiguo régimen. En buena parte de los Estados europeos, al acabar el siglo XIX, existían constituciones que consolidaban cambios políticos democráticos.

* El desarrollo económico y tecnológico
A partir de 1870 asistimos a la segunda revolución industrial. La expansión del ferrocarril, de las grandes industrias siderúrgicas y de la minería, así como la creación de compañías bursátiles que desarrollan el capital financiero, son elementos de este proceso. Se produce una gran concentración de capital, la aparición de grandes empresas y el protagonismo creciente de la banca. Se incorporan nuevos países al proceso industrial: Austria-Hungria, Italia, los países escandinavos, Rusia, España, Japón y Estados Unidos, que a finales de siglo supera a Gran Bretaña en producción industrial.
Los avances de la industrialización fueron fruto de una estrecha relación entre el desarrollo científico y el tecnológico. Se desarrolla la educación, a la que se ve como un factor de progreso social y económico. El dominio colonial también contribuyó al desarrollo económico.

* La unificación de Alemania
Bismarck, primer ministro de Prusia, fue el artífice la unificación de Alemania (1815-1898).
En 1867 se aprobó una Constitución que daba una estructura federal a la unión de los veintitrés Estados situados al norte de la línea Francfort-Maine. Estaba presidida por Guillermo I de Prusia con Bismarck como canciller.
En 1870, Bismarck, tras destruir al ejército francés, creó el Segundo Imperio , que incorporó a los estados alemanes del sur, a excepción de Austria, y promulgó una constitución que establecía un órgano de representación de los antiguos Estados soberanos, el Reichsrat. El Parlamento o Reichstag, elegido por derecho de voto, no tenía poderes reales de control del gobierno, que quedaba bajo el dominio de Prusia.
El mapa político europeo se había modificado. Alemania se había convertido en la gran potencia continental a costa de Austria y de Francia, mientras Gran Bretaña se dedicaba a su expansión colonial.
El proceso de unificación alemán, mezcla de nacionalismo liberal y de centralismo político, dio lugar a un extraordinario desarrollo económico y a un cambio en la estructura social, acompañado por la transformación de las instituciones educativas. Una parte importante de la población se convirtió de rural en urbana, la economía agraria dio paso a una economía industrial y la educación, antes predominantemente humanista, se orientó a la enseñanza de la tecnología.
El organizado y rígido Estado alemán formó una clase eficiente de funcionarios y ciudadanos honestos, trabajadores y respetuosos de las leyes. Como contrapartida, el individuo y la libertad de espíritu parecían haberse sacrificado al esplendor político y económico.

B. La cultura

* El arte
Los cambios en la economía y en la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX contribuyen a la aparición de una mentalidad menos especulativa y más cercana a la realidad, representada por el positivismo de Augusto Comte, y condensada en su lema "orden y progreso".
La mentalidad positivista encontró su reflejo en el realismo, que pretende seguir a los científicos y representar con veracidad la realidad humana a través de la observación y la descripción, como por ejemplo en las novelas de Víctor Hugo, Dickens y Dostoievski y en los cuadros de Courbet y Millet.
Pero también se manifiesta en el arte la crítica individualista a la sociedad decadente, defensora de uos valores artificiales que ahogan la capacidad de vivir. Es la época de las vanguardias, de un modo de vida bohemio, en contra de los valores establecidos "más allá del bien y del mal". Detrás de este elitismo con el que los artistas tratan de hacer de su vida una obra de arte se percibe un cierto escapismo, la falta de ideales y de compromiso. En la obra de Vincent Van Gogh (1853-1890) se refleja su drama interior.
El movimiento impresionista , que protagonizó las últimas décadas del siglo XIX, pretendía ser fiel a la naturaleza: sus estudios de la luz permitían que la pintura plasmase la auténtica realidad de lo que se ve. La inmediatez del instante, la luz y el movimiento están presentes en las obras de Renoir, Monet, Manet, Degas y Toulous-Lautrec. La fugacidad inspira también a Debussy, que lleva esta nueva estética a la música.

2. Contexto filosófico
Ya hemos dicho que la mentalidad predominante es la del positivismo. Según esta corriente filosófica, la humanidad se encuentra en su grado máximo de desarrollo gracias al pensamiento positivo y a la ciencia.
El evolucionismo de Charles Darwin (1809-1882), defendido en El origen de las especies (1859) ofreció una explicación científica a la conciencia del cambio, acabando con la imagen estática de la realidad: las especies varían y se diversifican resultando otras nuevas. Eliminando el providencialismo, la evolución de los seres vivos se produce como lucha por la supervivencia. La selección natural aparece como un mecanismo despiadado que se alimenta del sufrimiento y de la muerte de los débiles.
La ampliación al ser humano de los principios evolucionistas a partir de la publicación de El origen del hombre (1871) dio lugar al darwinismo social de Herbert Spencer (1820-1903), que legitimaba la doctrina del liberalismo económico. La miseria del proletariado y el imperialismo se consideran expresión de la ley natural, cuya consecuencia es la competencia del mercado, en la que los más aptos para la supervivencia son los vencedores.
Las características esenciales del positivismo son las siguientes:
- La admiración por la ciencia como única forma válida de conocimiento.
- Una actitud de crítica a la metafísica. Según estos pensadores, todo lo que está más allá del conocimiento de los sentidos no tiene validez y es un contrasentido.
- La creencia en la idea de un progreso ilimitado de la sociedad y de la capacidad moral del ser humano. Según esta teoría, una vez desechados todos los valores metafísicos y religiosos que limitan al ser humano, se producirá un progreso ilimitado de la vida social y cultural de la humnanidad.

Frente a esta mentalidad, aparece a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, otra mentalidad, en pugna con el positivismo. Proviene de teorías que pueden definirse como "filosofías de la vida". Una de las más importantes es la de Friedrich Nietzsche. Los cambios de la sociedad emergente, lejos de liberar al hombre, ahogan su vida. Se abre camino un sentido individualista del destino humano sin caer en falsos consuelos. El individuo tiene un valor absoluto al margen de la sociedad interesada en la riqueza o el poder político.
Esta actitud ante la vida surge de la decepción que provoca una realidad social que no ha permitido realizar los ideales de la Ilustración ofreciendo una imagen del mundo como una gran mentira en la que las ideas han ido cediendo ante el poder político y el poder económico.
Los pensadores que afrontan el sentido de su existencia se enfrentan a su soledad y a su dolor con el orgullo de quien se sabe artífice de su vida.
La filosofía alemana de la segunda mitad del siglo XIX se lanzó a la tarea urgente de salvar al individuo defendiendo la creatividad, la libertad y la vida frente a las garras del idealismo hegeliano y del positivismo científico. Ni del idealismo, que legitimaba la concepción absoluta del omnipotente Estado, ni el positivismo, que dejaba en manos de la razón técnica de la ciencia la organización social y el progreso de la humanidad, eran capaces de comprender la vida humana. Dilthey (1833-1911) planteó la necesidad de diferenciar las ciencias naturales, que buscan la explicación de los fenómenos sometidos a las leyes de la causalidad, y las ciencias del espíritu, que pretenden "comprehender" el sentido de la vida humana a partir de la propia historia de la humanidad. La filosofía de Nietzsche manifiesta con radicalidad la crítica a la razón idealista y positivista y la defensa de los valores de la vida. Seguidor de la filosofía de Schopenhauer y conocedor de la filosofía clásica griega, revolucionó el concepto de filosofía que desde Platón había predominado en la cultura occidental.
En los comienzos del nuevo siglo, Europa fue agitada por fermentos nacionalistas e imperialistas que, aún desarrollándose de manera diferente en cada país, tuvieron en un lapso de pocos años un trágico desenlace común: la Primera Guerra Mundial. Nietzsche, en esta época de transición, tuvo una capacidad premonitoria de la inminencia de las catástrofes que cambiarían los valores y el modo de vivir de los europeos del siglo XX:

jueves, 26 de marzo de 2009

Edelman, Gerald y Tononi, Giulio - El universo de la conciencia

Edelman, Gerald y Tononi, Giulio - El universo de la conciencia [Libros en español - ciencias] Edelman, Gerald y Tononi, Giulio - El universo de la conciencia [Libros en español - ciencias] api_user_11797_engendrok19 Libro de divulgación científica. Fundamental para abordar las ciencias del cerebro-mente y la biología de la conciencia.

El problema de la conciencia

El Problema de La Con Ciencia El Problema de La Con Ciencia api_user_11797_Babe

Emilio Gómez Millán: Crítica a Descartes desde la neuropsicología cognitiva

Imagine a un ordenador planteándose la frase de Descartes: "yo pienso, luego yo existo". ¿Es posible? En todo caso, según la famosa frase, se deduce de la facultad de pensar del yo, su
existencia. También que no existe el pensamiento sin dueño. La frase adopta forma de ecuación, donde pensar y existir son lo mismo. Descartes no duda de su voz interna. La conciencia sería este habla subvocálica, a la que él dota de carácter lógico, siguiendo la relación causa (pensar) y efecto (existir). En realidad, expresa la solución a una duda, la de su existencia. ¿Cómo saber que no soy una máquina, si mi vida es sueño, que tal vez estoy en coma conectado a una realidad virtual, soy un engañado cerebro en un frasco o soy un computador...? La respuesta es bien sabida. Dudo (pienso) y si dudo es indudable que existo. Por otro lado, resolver una duda por la existencia de la duda no es una gran solución científica, mas bien es establecer un dogma de fe, aunque solemos aceptar que si alguien duda de su salud mental no está loco. La cuestión es: ¿dudan los ordenadores? ¿tienen eco? ¿poseen un yo? ¿lo tendría un cerebro en un frasco: dudas, eco y/o yo?
Hoy dia se habla del error de Descartes (Damasio, 1994)), de que confundió la causa y el efecto, que sería mejor decir "existo, luego pienso". Una prueba de ello son los marcadores somáticos, o cómo nuestras decisiones supuestamente racionales suelen venir afectadas por intuiciones que se sienten en las tripas (como vimos en la parte primera del libro). Tal vez el miedo puso la duda en la mente de Descartes, el miedo a la muerte o a lo que sea. Este tipo de dudas casi obsesivas solo pueden resolverse a través del esfuerzo mental, del repaso mental de la idea hasta el agotamiento, entonces el sistema encuentra el descanso. Fue el esfuerzo producido por la duda, el que le dio la sensación intuitiva de “eureka he encontrado la solución”. Pero entonces se trataría de una solución supersticiosa. La frase de Descartes se parece sospechosamente a esta otra: "Existo por que existo o pienso por que pienso". Esto es, solo por adoptar la forma o sintaxis de un razonamiento “si A, entonces B”, parece un razonamiento pero no necesariamente lo es. Parece que, de algún modo parecido a los genes, las ideas estan sujetas a la lucha por la supervivencia (memética). Puede ser un cuadro, un pensamiento, un invento... El pensamiento de Descartes es una idea superviviente en Occidente, con independencia de su valor de verdad. Algunas ideas prenden fácilmente en la mente humana, con disponibilidad hacia ellas, causando una satisfacción que confundimos de modo pragmático con la verdad o simplemente no nos interesa especialmente la verdad.
Piense que usted es un cerebro en un frasco, ilusionado con una vida que es sueño. Dennett afirma que no somos un cerebro en una tina, como en la película Matrix, ya que la inteligencia artificial aún debe progresar mucho para generar una vida simulada, pues aún no sabe lo suficiente ni para simular las sensaciones que produce en la yema del dedo jugar con la arena un día soleado. Los múltiples sentidos nos salvan de tener alucinaciones fuertes, y nos garantizan, por la sinergia entre ellos, que la vida es real. La cultura nos ayuda a decidir lo que es real y lo que no, además tenemos dispositivos cerebrales que diferencian lo real de
lo imaginado, aunque parecen depender de la retroalimentación sensorial y de la acción propia. Pero si no tuviésemos cuerpo, ni sentidos ni tripas ni movimiento: ¿pensaríamos?, ¿habría duda cartesiana? ¿Resulta esta voz interna de algún ritmo interno y propio del cerebro?
En esta segunda parte del libro, buscamos el lugar y el momento del cerebro donde se podría producir la duda cartesiana, el eco. Se mantiene que el cerebro es un sistema generador de expectativas, donde siempre están implicados en una medida variable los esquemas del yo. Es un dispositivo imiperfecto de verificación de hipótesis, siendo su principal ley la de la inercia mental, y manifestando una gran resistencia a anularla, esto es, a cambiar la hipótesis.


(Emilio Gómez Millán: El cerebro en un frasco)